viernes, 21 de enero de 2011

Esquipulas





Con la maestra Carmen de León se realizo el programa especial de la festividad de El Señor de Esquipulas en el que se narraron anécdotas de sumo interés sobre el tema. Entre ellos, la leyenda de la Piedra de los Compadres.

FRAGMENTO DE LA NOVELA DE AUGUSTO CESAR EL LIBRO DE LA VIDA
DESARROLLA EL TEMA DE LA PIEDRA DE LOS COMPRADRES DE ESQUIPULAS

Los últimos recursos de los Villegas los consumió la Lita en su boda. Gilberto también puso lo suyo y se la llevó a vivir a la capital junto con doña Socorro y la Chon. Las otras se fueron a trabajar a otros lados.
Doña Socorro al ver que mi tía abuela iba a abrir el frasco le contó lo que tenía y la Lita prometió no abrirlo hasta que su nana agonizara. Mi tía se sentía feliz de tener al Sombrerón cerca de ella. Eso y su embarazo la tuvieron muy entretenida. Ni cuenta se dio que don Gil se revolcaba con la Chon. Por eso, la Lita pidió a ésta que fuera la madrina de su hijo cuando nació.
-Ya no nos podemos acostar don Gil porque ahora somos compadres - dijo la Chon después del bautizo. Es pecado hacer esas cosas entre compadres.
-Deciselo mejor a esta -dijo el vulgarote enseñandole el pene. No creo te entienda lo que es pecado. Mucho menos que somos compadres. Lo único que sabe es que se para y que dentro de vos se vuelve a acostar.
-Tan mañoso, se va a ir al Infierno y lo pior es que me va a llevar a mi entre sus patas.
-No. Entre las patas no te quiero llevar. Qué aburrido. Te quiero llevar mejor en...
-Ay mejor ya no siga diciéndome esas cosas porque aunque no lo crea tengo algo de decencia.
-Pero por eso no te preocupés que yo te la puedo quitar para que no te moleste mucho. Y no me digás que te querés ir al Cielo cuando te murás... Irse allí ha de ser bien aburrido...
-Ay sea por Dios, las babosadas que dice...
-Pues si. ¿Qué vas a hacer en pelota enmedio de todos los ángeles desnudos que sólo viven cantandole a Dios y sin nadie que te haga nada de nada? En cambio si te vas conmigo allá abajo pues ya no vamos a estar tan calientes porque nos vamos a tener el uno al otro para enfriarnos.
-Si no se calla le aseguro que me voy a arrepentir a haber accedido a sus bajas pasiones...
-No te hagás que bien que te gusta...
El bautizo fue en Esquipulas enmedio de una romería que duró días. La Chon se sentía mal de lo que estaba haciendo pero Gilberto se encargaba de quitarle las preocupaciones. La Lita ni en cuenta ya que no pasaba por su mente la más mínima sospecha. Se sentía muy halagada al decirle a la Chon "comadrita por aquí... comadrita por allá... comadrita más allá".
Lo que no sabía mi tía abuela es que eso del más allá estaba más acá de lo que se lo decía. Cuando ya toda la romería venía de regreso, la Chon y don Gil se detuvieron frente a una gran piedra para convercerse mutuamente. Ella estaba dispuesta a que ya no más sexo y él a que lo habían tenido eran muy poco y necesitaban más. Y como
don Gil era más fuerte -por ser hombre, dicen- y se acostó encima de ella sobre la piedra mientras forcejeaban.
-Respéteme don Gilito que ahora soy su comadre.
-Déjese de babosadas, si por ser mi comadre debe haber más confianza chula. Intimemos. Acuérdese lo que dijo el padre: Usted debe sustituir a mi mujer si ella falta.
-Si pero ella no le falta y el padre dijo eso pero para con el niño.
-Y al muchachito le falta mucho para ser hombre.
-Esque no se trata de que yo me meta con él sino de que lo oriente en el camino del Señor.
Poco le duró a la Chon la resistencia. Mientras le decía que no, ya el otro la había penetrado y no hubo de otra que jadear y pegar de alaridos.
Los romeristas al escuchar aquel escándalo se volvieron a ellos y horrorizados porque eran compadres vieron cómo la Chon y Gilberto se convertían en piedras mientras se retorcían enredados... Furiosos, ante aquel espectáculo degradante para todo buen cristiano, los romeristas empezaron a apedrearlos.
La Lita que iba hasta adelante cargando al niño, ni cuenta se dio de lo que pasó. Doña Socorro si y para evitar su niña Margarita se enterara corrió a ella y cayó moribunda. Dijo a la Lita que abriera el frasco. Del mismo salió El Sombrerón y entró ella convertida en perfume, el perfume de los recuerdos.
Parece que todavía, cuando alguien pasa por aquella piedra, arroja lo que tenga en mano a manera de homenaje a aquellos que pecaron sin respetar que eran compadres.

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